CLASE #7 - 18/11/2019
- Lara de Vicente
- 20 nov 2019
- 2 Min. de lectura
El lunes hablamos sobre Evaluación, comúnmente confundida con su término hermano calificación. Ya os aviso que nada tienen que ver. La evaluación es la "valoración de conocimientos, actitud y rendimiento de una persona o de un servicio" mientras que la calificación es el "grado de una escala establecida, expresado mediante una denominación o una puntuación, que se asigna a una persona para valorar el nivel de suficiencia o insuficiencia de los conocimientos o formación mostrados en un examen, un ejercicio o una prueba". Es decir, la evaluación es un todo mientras que la calificación es un momento concreto.
La evaluación nos aterra. Hasta el día de hoy, habré pasado por innumerables evaluaciones en mi etapa educativa y, sin menospreciar a nadie, algunos podríais haberos esforzado un poquito más. Poquísimas veces habré escuchado como alumna que mi trabajo era correcto y que lo estaba haciendo bien. Ya no quiero ni decir las veces (contadas con los dedos de una mano) en las que me hayan evaluado positivamente fuera de un claustro de profesores.
Tenemos mucho que mejorar con el alumnado todavía. Los alumnos son personas con sentimientos que muchas veces se sienten destruidos por un comentario poco oportuno en un momento en el que ellos se han esforzado mucho. Me ocurrió a mí en 1º de bachillerato, hace unos seis años, en un momento de verdadero estrés porque vives por y para la nota de selectividad y por lo "difícil" que es la prueba en sí. Me esforcé como nunca pero en mis evaluaciones algunos profesores no veían ese progreso y esperaban que me esforzara más con calificaciones muy bajas. A final de curso opté por salir corriendo del instituto en el que había estado mis últimos cinco años. Recuerdo que cuando me fui escuché una frase que no voy a olvidar jamás "¿pero dónde vas a ir? Ningún instituto será tan bueno como este". En ese momento supe que hacía lo correcto y ahora, visualizándolo desde la distancia, lo confirmo. Me fui en 2º de bachillerato al IES Ramiro de Maeztu, en el que voy a hacer mis prácticas, y tuve la suerte de entrar en una clase muy poco común: éramos 15 alumnos en clase. Las evaluaciones debían de ser la bomba (qué pena no haber podido asistir a ninguna como alumna) pero sólo quiero destacar que los 15 conseguimos el Título de Bachiller. Curioso, ¿no? Como haciendo las clases más pequeñas los profesores (y los alumnos) consiguen conectar mucho más y ver más allá.
Por eso es fundamental conocer el término correcto de la evaluación y que los alumnos conozcan todos los criterios existentes que el docente aplica en sus clases. No sólo les ofreces el "hasta dónde quieren llegar" sino también les ayudas a lograr sus objetivos.
¡Continuemos mejorando y transformando las aulas!
¡Hasta la semana que viene!
Comments